Eso no es, nada, y todas mis operaciones, que es, pregunten me.
Para
otros usos de este término, véase Adrenalina
(desambiguación).
La adrenalina,
también conocida como epinefrina por su Denominación
Común Internacional (DCI), es una hormona y un neurotransmisor. Incrementa la
frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, dilata los conductos de
aire, y participa en la reacción de
lucha o huida del sistema
nervioso simpático. Químicamente, la adrenalina es una catecolamina, una monoamina producida sólo por las glándulas
suprarrenales a partir de los aminoácidos fenilalanina y tirosina.
El término adrenalina se
deriva de las raíces latinas ad- y renes que
literalmente significa "junto al riñón", en referencia a la ubicación
anatómica de la glándula suprarrenal en el riñón. Las raíces griegas epi y nephros tienen
un significado similar, "sobre el riñón", y dan origen a epinefrina.
El término epinefrina es usualmente abreviado a epi en
la jerga médica.
Los extractos suprarrenales
conteniendo adrenalina se obtuvieron por primera vez por el fisiólogo
polaco Napoleon
Cybulski en 1895. Estos extractos, que él llamó nadnerczyna,
contenían epinefrina y otras catecolaminas. El químico japonés Jokichi Takamine y su asistente Keizo
Uenaka descubrieron independientemente la adrenalina en 1900. En 1901,
Takamine aisló y purificó con éxito la hormona de las glándulas suprarrenales
de ovejas y bueyes. La adrenalina fue por primera vez sintetizada en un
laboratorio por Friedrich
Stolz y Henry
Drysdale Dakin, de forma independiente, en 1904.
Aplicaciones
Medicas
La epinefrina es usada para
tratar una serie de afecciones incluyendo: paro cardiorrespiratorio, anafilaxia,
y sangrado superficial. Ha sido históricamente usada para tratar los broncoespasmos y
la hipoglucemia, pero ahora se prefiere utilizar
fármacos más selectivos, tales como el salbutamol y
la dextrosa respectivamente.
También si es naturalmente como en una actividad extrema puede llegar a curar
problemas respiratorios y enfermedades casuales.
Paro cardíaco
La adrenalina se usa como medicamento para
tratar el paro cardíaco y otras arritmias cardíacas que resulten en
un gasto cardíaco disminuido o ausente. La
acción de la adrenalina consiste en el incremento de la resistencia periférica
mediante la vasoconstricción receptor α1-dependiente y el
incremento del gasto cardíaco mediante su unión a los
receptores β1. Las concentraciones ACLS habituales para las
inyecciones son de 1:10.000.
Anafilaxia
Debido a sus efectos de
dilatación en la vía aérea, la adrenalina es el fármaco de elección para tratar
la anafilaxia.
También es útil en el tratamiento de la septicemia.
Los pacientes con alergia a proteínas sometidos a inmunoterapia pueden
recibir un "enjuague" de adrenalina antes de que se administre el
extracto alergénico, reduciendo así la respuesta inmune al alergénico
administrado.
Debido a las diversas expresiones
de receptores α1 o β2, dependiendo del paciente, la
administración de adrenalina puede elevar o reducir la presión sanguínea, dependiendo de que el
aumento o disminución neta de la resistencia periférica permita balancear los
efectos inotrópicos y cronotrópicos positivos
de la adrenalina en el corazón, efectos que respectivamente incrementan la
contractilidad y la frecuencia cardíaca.
Las concentraciones habituales
para las inyecciones subcutáneas o intramusculares son de 1:1.000.
Laringitis (crup)
La epinefrina racémica ha sido
históricamente usada para el tratamiento de laringitis. La
epinefrina racémica es una mezcla 1:1 de los isómeros dextrógiro
(D) y levógiro (L) de la epinefrina. La forma L es el componente
activo. La epinefrina racémica funciona a través de la estimulación de los
receptores adrenérgicos-α en las vías respiratorias resultando en la
vasoconstricción de la mucosa y una disminución en las edemas subglóticas, y a
través de la estimulación de los receptores adrenérgicos-β resultando en la
relajación del músculo liso bronquial.
En anestésicos locales
La epinefrina se añade a una
serie de anestésicos locales inyectables, tales como la bupivacaína y lidocaína,
como un vasoconstrictor que permite retardar la absorción y por lo tanto
prolongar la acción del agente anestésico. Algunos de los efectos adversos del
uso de anestésicos locales, tales como la aprensión, taquicardia y temblores,
podrían deberse a la acción de la epinefrina.
Autoinyectores
La epinefrina está disponible en
sistemas de autoadministración (autoinyectores). Estos dispositivos se
presentan en dos formatos según su contenido de adrenalina: 0,15 mg (150 mcg) y
0,3 mg (300 mcg). El de 0,15 mg está destinado a niños de hasta 35 kg de peso,
y los de 0,3 mg a niños de más peso, adolescentes y adultos. Están presentes en
los mercados de cada país bajo distintas marcas comerciales.
A efectos de monitorizar el estado
de conservación de la epinefrina frente a una posible desnaturalización (por agresiones
lumínicas, térmicas,), los autoinyectores disponen de una ventana transparente
que permite realizar la observación visual de la transparencia del líquido. Los
usuarios de autoinyectores deben realizar la comprobación visual diariamente,
así como reemplazarlos cada 18 meses (coincidiendo con el plazo de caducidad o
vida útil del componente activo).
Efectos adversos
Posibles reacciones adversas a la
epinefrina son palpitaciones, taquicardias, arritmias cardíacas, ansiedad, cefaleas, temblores, hipertensión,
y edema pulmonar agudo.
Su uso está contraindicado en
pacientes en tratamiento con β-bloqueadores no-selectivos, debido a
que la interacción podría resultar en una hipertensión severa e incluso en
una hemorragia cerebral. Aunque
comúnmente se cree que la administración de epinefrina puede causar un fallo
cardiaco por estrechar las arterias coronarias, este no es el caso. Las
arterias coronarias tienen solamente receptores β2, que provocan una
vasodilatación en presencia de epinefrina. Sin embargo, no está probado
definitivamente que la administración de dosis altas de epinefrina mejore la
supervivencia o la incidencia de secuelas neurológicas en víctimas adultas de
un paro cardíaco.
Medición en fluidos biológicos
La epinefrina puede ser cuantificada en la sangre, plasma o
suero como ayuda diagnóstica para monitorear la administración terapéutica o
para identificar el agente causante en una posible víctima de envenenamiento.
Las concentraciones de epinefrina endógena en el plasma en un adulto en reposo
son normalmente menores de 10 ng/L, pero pueden subir 10 veces durante el
ejercicio y 50 veces o más durante periodos de estrés. Los
pacientes con feocromocitoma tienen normalmente niveles de epinefrina en el plasma
de 1.000-10.000 ng/L. La administración parenteral de epinefrina para el cuidado
intensivo en pacientes con afecciones cardiacas puede llevar a concentraciones
de 10.000 a 100.000 ng/L.
Mecanismo de acción
Véase
también: Receptor adrenérgico
Como hormona, la epinefrina actúa en casi todos
los tejidos del cuerpo. Sus acciones varían según el tipo de tejido y la
expresión de los distintos receptores
adrenérgicos en cada tejido. Por ejemplo, la epinefrina causa
la relajación del músculo liso en
las vías respiratorias pero causa contracciones en el músculo liso de las arteriolas.
La epinefrina actúa uniéndose a
una variedad de receptores
adrenérgicos. La adrenalina es un agonista no selectivo de todos los
receptores adrenérgicos, incluyendo los receptores α1, α2,
β1, β2, y β3. La unión de la epinefrina a
estos receptores origina una serie de cambios metabólicos. La unión con los
receptores adrenérgicos α inhibe la secreción de insulina en el páncreas; estimula la glucogenolisis en el hígado y el músculo; y estimula la glucólisis en el músculo. La
unión con los receptores adrenérgicos β provoca la secreción de glucagón en el páncreas, acrecienta la
secreción de la hormona
adrenocorticotropa (ACTH) en la glándula pituitaria e
incrementa la lipólisis en
el tejido adiposo.
Juntos, estos efectos llevan a un incremento de la glucemia y de la concentración
de ácidos grasos en
la sangre, proporcionando sustratos para la producción
de energía dentro de las células de todo el cuerpo. La adrenalina es el
activador más potente de los receptores α, es 2 a 10 veces más activa que
la noradrenalina y
más de 100 veces más potente que el isoproterenol.
Además de los cambios
metabólicos, la epinefrina también lleva a amplias interacciones a través de
todos los sistemas de órganos.
Biosíntesis y regulación
La adrenalina es sintetizada en
la médula de la glándula suprarrenal en una ruta enzimática que
convierte el aminoácido tirosina en una serie de
intermediarios y, finalmente, en adrenalina. La tirosina es primero oxidada
para obtener levodopa, que
posteriormente se descarboxila para dar dopamina. La oxidación de esta molécula
proporciona norepinefrina que
luego es metilada para dar epinefrina.
La adrenalina también es
sintetizada al metilarse la amina distal primaria de la norepinefrina por la acción de la
enzima feniletanolamina
N-metiltransferasa (PNMT) en el citosol de las neuronas adrenérgicas y
células de la médula adrenal (llamadas células cromafínicas).
La PNMT sólo se encuentra en el citosol de las células de la médula
suprarrenal. La PNMT usa la S-adenosilmetionina como
cofactor para donar el grupo metilo a la
norepinefrina, creando adrenalina.
Para que la norepinefrina sirva
como sustrato de la PNM en el citosol, primero debe ser trasladada fuera de los
gránulos de las células cromafínicas a través del intercambiador
catecolaminas-H+ VMAT1.
El VMAT1 también es responsable de transportar la recién sintetizada adrenalina
de vuelta del citosol a los gránulos de las células cromafínicas, desde donde
es liberada fuera de la célula.
En las células hepáticas,
la adrenalina se une al receptor adrenérgico β, que cambia de conformación y
ayuda a las G, un tipo de proteína G,
a transformar el GDP en GTP. Esta proteína G trimérica se disocia en
subunidades alfa y beta/gamma. Las G alfa se unen a la adenilciclasa,
convirtiendo el ATP en AMP cíclico. El AMP cíclico se une a una subunidad
reguladora de la proteína quinasa A y la proteína quinasa A fosforila la
fosforilasa quinasa. Mientras tanto, las G beta/gamma se unen al canal de
calcio, lo que permite la entrada de los iones de calcio al citoplasma.
Los iones de calcio se unen a las proteínas calmodulinas, una proteína presente
en todas las células eucariotas, que luego se unen a la fosforilasa quinasa y
completan su activación. La fosforilasa quinasa fosforila la glucógeno fosforilasa, que luego fosforila
el glucógeno y lo convierte en glucosa-6-fosfato.
Regulación
Los principales desencadenantes
fisiológicos de la liberación de adrenalina son las tensiones,
tales como las amenazas físicas, las emociones intensas, los ruidos, las luces
brillantes y la alta temperatura ambiental. Todos estos estímulos se procesan
en el sistema nervioso central.
La hormona adrenocorticotropa (ACTH) y
el sistema nervioso simpático estimulan
la síntesis de los precursores de adrenalina al incrementar la actividad de
la tirosina hidroxilasa y dopamina beta-hidroxilasa, dos enzimas claves
involucradas en la síntesis de catecolaminas. La ACTH también estimula a
la corteza suprarrenal para que libere cortisol,
lo que incrementa la expresión de PNMT en las células cromafínicas,
intensificando la síntesis de adrenalina. Esto se hace con frecuencia en
respuesta al estrés. El sistema nervioso simpático, actuando a través de
los nervios esplácnicos que llegan a la médula suprarrenal, estimula la liberación de
adrenalina. La acetilcolina liberada por las fibras
simpáticas preganglionares de estos nervios actúan en los receptores nicotínicos, causando la
despolarización celular y una entrada de calcio a
través de los canales de calcio voltaje-dependientes. El calcio provoca la
exocitosis de los gránulos cromafínicos y así libera la adrenalina (y
noradrenalina) hacia el torrente sanguíneo.
La adrenalina (como también la noradrenalina)
ejerce una retroalimentación negativa para
regular a la baja su propia síntesis en los receptores presinápticos adrenérgicos
α2. Niveles anormalmente altos de adrenalina pueden provocar una
variedad de afecciones, tales como el feocromocitoma y
otros tumores de
los ganglios simpáticos.
Su acción finaliza con su
recaptación en las terminaciones nerviosas, la dilución y la degradación metabólica
por monoamino oxidasas y catecol-O-metil transferasas.
Síntesis quimina
La epinefrina puede sintetizarse mediante la reacción de catecol con cloruro de cloroacetilo, seguido por la adición de metilamina para obtener la cetona, que se reduce al compuesto
deseado. La mezcla racémica puede separarse usando ácido
tartárico. La adrenalina natural es
el esteroisómero adrenalina.
www.es.wikipedia.org/wiki/Adrenalina
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