martes, 19 de julio de 2016

¿Quién es ALLAH?


¿Adoran los musulmanes al mismo Dios que los judíos y los cristianos?  ¿Qué significa la palabra Allah?  ¿Es Allah el dios de la luna?
Uno de los principales conceptos erróneos que los no musulmanes tienen acerca del Islam tiene que ver con la palabra  “Allah”.  Por diversas razones, mucha gente ha terminado creyendo que los musulmanes adoran a un Dios diferente al de los cristianos y los judíos.  Esto es totalmente falso, ya que  “Allah” es simplemente la palabra árabe para referirse a “Dios”, y hay un solo Dios.  Que no hayan dudas: los musulmanes adoran al Dios de Noé,  Abraham, Moisés, David y Jesús – que la paz sea con ellos.  Sin embargo, es verdad que los judíos, cristianos y musulmanes tienen diferentes conceptos del Dios Todopoderoso.  Por ejemplo, tanto los musulmanes – como los judíos – rechazan las creencias cristianas de la Trinidad y de la Divina Encarnación.  Esto, sin embargo, no significa que cada una de estas tres religiones adore a un Dios diferente – porque, como ya lo hemos dicho, hay sólo Un Dios Verdadero.  El Judaísmo, el cristianismo y el Islam afirman pertenecer a la “Fe de Abraham”, y todos ellos se hacen llamar “monoteístas”.  Sin embargo, el Islam enseña que las otras religiones, en una forma u otra, han distorsionado y anulado una creencia pura y apropiada en Dios Todopoderoso al desatender Sus verdaderas enseñanzas y mezclarlas con ideas creadas por el hombre.
En primer lugar, es importante observar que “Allah” es la misma palabra que utilizan los cristianos y judíos que hablan árabe, para mencionar a Dios.  Si se mira en una Biblia árabe, se verá la palabra “Allah” en donde iría la palabra “Dios” en una en Biblia en español.  Esto es porque “Allah” simplemente quiere decir en lengua árabe “La Divinidad”, y que equivale a la palabra “Dios” en español, con D mayúscula.  Además, la palabra “Allah” no puede pluralizarse, un hecho que está relacionado con el concepto mismo de Dios.
Es interesante destacar que la palabra en arameo “Elí”, que es la traducción de Dios en la lengua que habló Jesús, suena de un modo similar a “Allah”.  Esto es también el ejemplo de varias palabras hebreas que se utilizan para llamar a Dios, como “Eloh” y “Elah”, y el plural mayestático “Elohim”.  La razón para estas similitudes es que el arameo, hebreo y árabe son todas lenguas semíticas con orígenes comunes.  También se puede notar que al traducir la Biblia al español, la palabra hebrea “Eloh” se traduce a veces como “Dios”, “deidad” o “ángel”.  Este lenguaje impreciso da pié a diferentes traducciones basadas en las nociones preconcebidas del traductor, quien hace que la o las palabras “encajen” en su propio punto de vista.  La palabra árabe  “Allah” no presenta dificultad o ambigüedad, ya que solo se utiliza para Dios Todo poderoso.  Además, en español, la única diferencia entre “dios”, (deidad o falso dios), y “Dios”, (Único y Verdadero Dios), es escribirlo con mayúscula.  Debido a los ya mencionados hechos, una traducción más adecuada de la palabra “Allah” al español podría ser “El Único Dios” o “El Único y Verdadero Dios”.
Más importante, también se podría afirmar que la palabra árabe  “Allah” contiene un profundo mensaje religioso debido a su etimología, la fuente de su significado y origen lingüístico.  Esto es porque viene del verbo árabe  “ta’allaha” (o alaha), que significa “ser adorado”.  Por lo tanto en árabe, la palabra “Allah” significa “El que es o Merece ser adorado”.  Esto, en resumidas cuentas, es el mensaje mismo del monoteísmo islámico.
Basta decir que sólo porque alguien afirme ser judío, cristiano, musulmán o “monoteísta”,  no lo aleja de la posibilidad de caer en creencias corruptas y prácticas de idolatría.  Mucha gente, incluyendo a algunos musulmanes, afirman creer en Un Dios incluso habiendo caído en actos de idolatría.  Muchos protestantes acusan a los católicos romanos de practicar la idolatría en cuanto a los santos y la Virgen Maria.  De modo similar, la iglesia ortodoxa griega es considerada idólatra por muchos otros cristianos ya que utilizan iconos en sus adoraciones.  Sin embargo, si le preguntas a un católico romano o a un griego ortodoxo si Dios es Único, contestarán invariablemente: “¡Si!”.  Esta afirmación sin embargo, no les impide usar ídolos en sus ritos.  Lo mismo se aplica para los hindúes, que consideran a sus dioses como “manifestaciones” o “encarnaciones” de Un Dios Supremo.
Antes de concluir. hay muchas personas, que obviamente no hacen honor a la verdad, que quieren que la gente crea que  “Allah” es sólo un “dios” árabe, y que el Islam es completamente ajeno a una fe civilizada y monoteísta, sugiriendo que no tiene raíces en común con las religiones abrahámicas  (i.e. cristianismo y judaísmo).  Decir que los musulmanes adoran a diferentes dioses porque dicen “Allah” en vez de Dios es tan ilógico como decir que los franceses adoran a otro Dios porque utilizan la palabra “Dieu”, que la gente hispano hablante adora a un Dios diferente porque dicen  “Dios” o que los hebreos adoran un Dios diferente porque a menudo lo llaman “Yahweh”.  ¡Este es un argumento ridículo!  También debe mencionarse que afirmar que la lengua que cada uno habla tiene la única palabra correcta para mencionar a Dios, es equivalente a negar la universalidad del mensaje divino, el cual está dirigido a toda la humanidad y a cada una de las naciones, tribus y personas a quienes Dios envió profetas, quienes hablaron diferentes lenguas.
Nos gustaría preguntar a nuestros lectores qué piensan acerca de los motivos de esta gente.  El motivo es que la verdad máxima del Islam tiene bases sólidas y que su inquebrantable creencia en la Unicidad de Dios es irreprochable.  Por esto, algunos cristianos no pueden criticar sus doctrinas directamente, pero inventan cosas acerca del Islam que no son verdad para que el público pierda el deseo de aprender más.  Si el Islam fuese presentado de otra manera al mundo, seguramente haría que mucha gente reconsidere y reevalúe sus propias creencias.  Es muy posible que cuando se percaten de que existe una religión universal que enseña a las personas a adorar y amar a Dios con un genuino monoteísmo, sientan al menos la necesidad de reexaminar las bases de sus propias creencias y doctrinas.
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Alah
Para otros usos de este término, véase alah.
Aláh es la hispanizarían de la palabra árabe Al-lāh (الل), que en español significa ‘Dios’. Si bien el término es más conocido en Occidente debido a su utilización por parte de los musulmanes como referencia a Dios, éste es utilizado por los hablantes de árabe de todas las religiones abrahámicas, incluidos los cristianos y judíos, en referencia a Dios. El término fue utilizado también por los paganos de La Meca como referencia al Dios creador, posiblemente la deidad suprema en la Arabia preislámica.
En el Islam, Dios es conocido por distintos nombres: el Justo, el Clemente, el Creador, entre otros. Sin embargo, según El Corán, “Alá” es el nombre en árabe que Él (Dios) ha preferido sobre los demás. La raíz lingüística de “Alá” indica que Él es el Único digno y merecedor de ser adorado y obedecido. 
Los conceptos asociados con la palabra (como una deidad) difieren entre las tradiciones. En la Arabia preislámica, Alá no era la única divinidad, sino que le asociaban colaboradores y compañeros, hijos e hijas. En el Islam, Alá es el supremo y comprende todo nombre divino. Todos los demás nombres divinos se cree que refieren a Alá. Alá es único, el único Dios, trascendente Creador del universo y Omnipotente. Los árabes cristianos de hoy no tienen otra palabra para Dios más que Alá, usan términos tales como Al-lāh al-ab (الل الآب) para referirse a Dios padre. Hay similitudes y diferencias entre el concepto de Dios tal como es representado en el Corán árabe y la Biblia hebrea.
Unicode tiene un código reservado para Al-lāh, = U + FDF2. Muchas fuentes árabes también tienen diferentes formas de escribirlo.
Etimología
Respecto a la etimología de la palabra, hay opiniones muy diversas: ya entre los gramáticos árabes clásicos, esto es, medievales, se cuentan unas veinte opiniones diferentes. Las hipótesis más extendidas son las siguientes:
  •          Algunos eruditos plantean que es el nombre propio de Dios, sin derivación alguna, puesto que Él mismo se ha nombrado así en el Corán, no se puede nombrar con este nombre sino únicamente a Dios mismo, esta es la opinión de uno de los más sabios gramáticos de la lengua árabe como Sibuyé, también es la opinión de al-Shafi'iAl-Ghazalial-Jatâbi e Ibn Kazir.

  •          Una muy habitual considera que Al-lāh procede de ʾilāh, palabra que designa a cualquier divinidad, precedida del artículo determinado al-. Sería por tanto una contracción por el uso de al-ʾilāh, es, "El Dios", "El Adorado" y ésta es la opinión de Ibn Qaim.


  •          Algunos lingüistas, sin embargo, consideran que no es verosímil la pérdida de la hamza inicial de ʾilāh (consonante árabe aquí representada con un apóstrofo), ya que es la primera letra del nombre original de Dios y los términos sagrados, por tabú, tienden a mantenerse poco o nada alterados en su pronunciación. En otras palabras, no creen que una persona religiosa pueda apocopar el nombre de Dios. Estos lingüistas piensan que Al-lāh procede directamente de la raíz semítica ʾel que designa a la divinidad. Esta raíz, en arameo, dio lugar al término ʾāllāhā, que habría podido pasar al árabe con desaparición de la ā final (en arameo es una vocal desinencial, y éstas tienden a desaparecer en árabe) y acortamiento de la ā inicial por confusión con el artículo al-.

En cualquier caso la etimología de esta palabra remite a la misma raíz que ʾEl, Eloh y ʾElohīm (אֱלֹהִים), términos que designan a Dios en la Biblia y que forman parte de numerosos nombres propios de origen hebreo, como Samuel, Daniel, Rafael, Miguel, etc.
“Alá” es un nombre que, según la tradición islámica, abarca todos los nombres de Dios y es el escogido por Dios Mismo y expuesto en Su Revelación. Por eso los musulmanes dan preferencia a este nombre. Lingüísticamente, “Alá” es una palabra única, No tiene conjugación plural y no tiene género. Esta palabra es el reflejo de un concepto único de Dios en el Islam. 

Uso

Al-lāh se traduce como "Dios", con mayúscula, puesto que se refiere al dios único. La palabra "dios" con minúscula, es decir, referida a cualquier otra divinidad, es ilāh, pl. ilāhāt (إله pl. ﺇﻟﻬﺎﺕ). La complejidad y diferencia de estos conceptos con las lenguas indoeuropeas se explica en "¿Qué es Al-lāh para los musulmanes?" charla pronunciada por Abderrahman Mohamed Maanán, Doctor en filosofía por la Universidad de Sevilla. Los musulmanes no árabes usan siempre Al-lāh en lugar de Dios aduciendo que, puesto que Dios es quien habla en primera persona en el Corán, Al-lāh, en árabe, es exactamente la palabra que emplea el Ser Supremo para referirse a sí mismo y, por tanto, la mejor para nombrarle. Los musulmanes que viven en un medio no musulmán, y especialmente los conversos, utilizan Al-lāh como forma de singularizarse como seguidores de una religión distinta a la mayoritaria.

Dios en el islam

Artículo principal: Dios en el islam
El musulmán cree en un dios, es decir; afirma la existencia de un Señor y Creador de los cielos y la Tierra, Dueño de todo lo existente, divinidad única, caracterizado de toda perfección, alejado de todo defecto, esto primeramente por guía del Creador a Su siervo, posteriormente por evidencias del instinto natural del ser humano, la razón, los sentidos, signos en la creación y como prueba principal; los textos sagrados.
Las cualidades que los musulmanes le atribuyen son básicamente las mismas que le atribuye el judaísmo, insistiendo en su unidad (tawhid), es decir, que es uno y no tiene diversas personas en su carácter incomparable e irrepresentable, es decir no es a imagen y semejanza del hombre.
Un teólogo reconocido en su famoso escrito Aquidah At Tahawiah describe a Alá de la siguiente manera:
  •          Al-lāh es el único dios, sin copartícipe alguno.

  •          No hay nada como Él.

  •          Y no hay Nada que le sea imposible.

  •          No hay otra divinidad [que merezca la adoración] que Él.

  •          Él es el Eterno sin principio, Permanente sin final.

  •          Nunca perecerá, ni fenecerá.

  •          No acontece sino lo que Él desea.

  •          No hay imaginación que Lo pueda concebir, ni intelecto que Lo pueda

  •          abarcar.

  •          Él es diferente a cualquier ser creado.

  •          Viviente y no muere, Inmanente y nunca duerme.

  •          Creador sin necesidad alguna, Proveedor sin ningún esfuerzo.

  •          Da la muerte sin temor, Resucitador de la vida sin dificultad alguna.

Él ha existido siempre con Sus atributos antes de la creación, al originar la creación no aumentó en nada Su esencia que ya existía [pues Él siempre ha sido Perfecto]. De la misma manera que Sus atributos siempre han existido: no dejará de tenerlos por toda la eternidad.
No ha sido que después de haber creado se Le llame «el Creador», ni después de haber originado la creación se Le nombre «el Originador».

De Él ha sido el Señorío incluso antes de existir un subordinado, como ha sido el Creador incluso antes de existir algo creado.

De la misma manera que es el Vivificador de lo muertos, después de haberles concedido la vida, era merecedor del nombre antes de habérselas otorgado, así como merecía el nombre del Creador antes de haberlos creado.

Porque es una realidad que Él es sobre todas las cosas Poderoso, todas las cosas dependen de Él, cualquier asunto Le es fácil, no necesita de nada, No hay nada ni nadie como Él, y Él es Omnioyente,

Ha creado la creación con Su sabiduría.
Y les determinó su predestinación.
Asignó para ellos sus plazos.
Nada sobre ellos fue oculto para Él antes de haberlos creado, y sabía todo lo que iban a hacer antes de crearlos.
 

Les encomendó obedecerle, y les prohibió desobedecerlo.
Todas las cosas ocurren conforme a Su predestinación y a Su voluntad. Su voluntad es destino, los siervos no tienen voluntad excepto la que Él ha querido para ellos, lo que ha querido para ellos: sucede, y lo que no ha querido: no sucede.
Guía a quien le complace, los protege y los salvaguarda por Su generosidad. Extravía a quien quiere, los desampara y los aflige dentro de Su justicia.
Todos, conforme a Su voluntad, alternan entre Su generosidad y Su justicia.
Él es Exaltado y está más allá de tener opositores o equivalentes.
No hay quien pueda evitar Su decreto, ni quien pueda retrasar Su decisión, y no hay quien predomine sobre Su orden.


Creemos en todo esto y tenemos la certeza que todo proviene de Él.
El Islam se refiere a dios también con otros noventa y nueve nombres, que son otros tantos epítetos referidos a cualidades de dios: El Clemente (Al-Rahmān), El Apreciadísimo (Al-'Azīz), El Creador (Al-Jāliq), etc. El conjunto de los 99 Nombres de dios recibe en árabe el nombre de al-asmā' al-husnà o "los más bellos nombres", algunos de los cuales también han sido utilizados por cristianos y judíos o han designado a dioses de la Arabia preislámica. Algunas tradiciones afirman que existe un centésimo nombre que permanece incognoscible, que es objeto de especulaciones místicas, y que se define en ocasiones como el Nombre Inmenso (ism al-'Azam), o como el Nombre de la Esencia, figura que también existe en el judaísmo, y que ha tenido una gran importancia en el sufismo. Otras veces, se utiliza simplemente la palabra Rabb (señor).
La palabra Al-lāh está en el origen de algunas palabras españolas como "ojalá" (w[a] shā-llāh: y quiera Alá o y quiera Dios), "olé" (w[a]-llāh: por Alá o por Dios) o "hala" (yā-llāh: oh Dios).
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