Cada
vez se oye más hablar de la noción de apego durante los primeros años de vida
de un niño. Esa palabra que puede sonar abstracta es, según los expertos, la
clave del desarrollo de la parte del cerebro que posibilita la empatía. Allan
Schore, un referente internacional en este tema, lo pone así de sencillo: “la
relación de apego entre la madre y el hijo le da forma, moldea el lado derecho
del cerebro”. Schore estuvo en Montevideo para brindar una serie de
conferencias organizadas por la ONG Atención y desarrollo a la temprana
infancia y su familia (ATI) y apoyadas por el Ministerio de Educación y
Cultura. El rol que tiene la madre en el futuro emocional de su hijo, la
participación del padre, y lo que le espera a alguien que no disfrutó de una
relación de apego, fueron algunos de los temas que conversó el experto con El
Observador.
Quienes trabajan en la neuropsicología en Uruguay hoy entienden que usted desarrolla un modelo de salud mental infantil particular. ¿En qué consiste?
Quienes trabajan en la neuropsicología en Uruguay hoy entienden que usted desarrolla un modelo de salud mental infantil particular. ¿En qué consiste?
Déjeme
decirle antes que hay un gran interés de los medios en neurociencia hoy. En los
últimos 10 años ha habido una gran explosión en el estudio del desarrollo
temprano del cerebro. Y lo que hemos descubierto es que el desarrollo temprano,
tanto durante el embarazo como después del nacimiento, tiene efectos en lo que
sucede después, no solo en términos de bienestar emocional, sino también en lo
que refiere al desarrollo de desórdenes psiquiátricos. Durante el primer año de
vida no hay comunicación verbal: es todo emocional. Esto era terreno
desconocido para la ciencia, que no sabía cómo abordarlo, pero gracias a la
tecnología se pudo estudiar el cerebro del niño y de la madre.
¿Cuál ha sido su aporte?
¿Cuál ha sido su aporte?
Mi trabajo en los últimos 20 años ha sido la integración de
la biología y la psicología. En esencia, mi trabajo cruza las fronteras entre
ambas. En particular, hago foco en el lado derecho del cerebro. El lado
izquierdo, que es el que desarrolla el habla, no entra en funcionamiento hasta
el segundo año de vida. En cambio, todo lo vinculado al apego se desarrolla
durante el primer año. La idea esencial es que la relación de apego entre la
madre y el hijo le da forma, moldea el lado derecho del cerebro. Hay una
herencia genética natural, pero el entorno social y afectivo va tallando, como
una escultura.
¿Qué funciones se encuentran en el lado derecho?
¿Qué funciones se encuentran en el lado derecho?
Está
involucrado en los procesos emocionales. Es el que permite llegar a casa, mirar
a los ojos al otro y saber que algo anda mal. Las expresiones faciales, las
sonrisas, la tristeza, el tono de voz. Allí está la habilidad de entender el
estado emocional, lo que pasa por la mente o las motivaciones que tiene la otra
persona. El punto más importante en este sentido es la comunicación no verbal,
de cerebro derecho a cerebro derecho, que se da entre la madre y el niño. Al
mismo tiempo que esto ocurre, el cerebro del bebé está doblando su tamaño, y en
esto incide el apego.
¿Cómo debe hacer la madre para alcanzar el nivel adecuado de apego? ¿Cómo puede estar segura de que está haciendo bien las cosas?
¿Cómo debe hacer la madre para alcanzar el nivel adecuado de apego? ¿Cómo puede estar segura de que está haciendo bien las cosas?
Es
un aprendizaje que no tiene tanto que ver con ‘hacer’ sino con ‘ser’. ¿Cómo
transmitirle la empatía? Siendo cuidadosos y atentos; poniendo al bebé en el
primer lugar, siendo abiertos, genuinos, y estando disponibles emocionalmente.
Y también ayuda si hay una relación fuerte entre la madre y el padre. La clave
es esta sofisticada forma de relacionamiento. El foco no es racional sino
emocional. Es la habilidad de la madre de leer la mente y el cuerpo del bebé.
Ella tiene la capacidad de aliviar la tensión del bebé, de calmarlo, de regular
su estrés, pero también incide en su disfrute y entusiasmo. Es decir, no solo
puede escucharlo, sino también regular sus emociones. Ella puede cambiar su
conducta. Además, el apego otorga al bebé una sensación de seguridad.
¿Y qué rol tiene el padre en esto?
¿Y qué rol tiene el padre en esto?
El
padre entra un poco más tarde. El primer apego es con la madre. Después, en el
segundo año de vida, el bebé tenderá un lazo también con el padre. El bebé
tiene distintas relaciones con sus padres: la madre es la que lo calma,
mientras el padre tiene un vínculo más enérgico y le enseña a explorar. Hoy
tenemos evidencia de que la madre realmente da forma al lado derecho del
cerebro, pero el padre también incide. Y es más que un efecto psicológico: el
crecimiento del cerebro está influido por esas relaciones.
¿Qué sucede con quienes no tuvieron ese apego?
¿Qué sucede con quienes no tuvieron ese apego?
Justamente,
no estudiamos solo el desarrollo normal, sino también el que lleva a desórdenes
psiquiátricos o psicológicos. La que está en juego es especialmente la
habilidad del lado derecho del cerebro de regular el estrés. Es importante que
el niño sepa que el otro está emocionalmente disponible para él. En ese
sentido, los desórdenes psicológicos tienen raíz en el desarrollo temprano del
cerebro. Entonces, ¿qué pasa si hay abuso o negligencia? Bueno, por eso es muy
importante que haya programas de prevención temprana, que sé que en este país
los hay.
Allan
Schore investigador en neurociencia profesor de psiquiatría en la universidad de california
Schore es
valorado a nivel mundial por la integración que logró en las distintas
disciplinas. Él dice que en sus teorías hay dos referentes indiscutibles:
Charles Darwin en lo que tiene raíz biológica, y Sigmund Freud en el campo de
la psicología. Actualmente se encuentra trabajando en la aplicación de la
neurociencia. Por ejemplo, cómo utilizar el conocimiento del apego en la
psicoterapia, o cómo aprovecharlo a nivel judicial para decidir sobre adopción
o divorcio.
www.elobservador.com.uy
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