Algunas causas del «ni contigo, ni
sin ti»
Así como el
apego sexual puede ser una motivación para estar con alguien, la soledad
mal manejada empuja a las personas a buscar compañía, cosa que nada
tiene que ver con el amor. La «pareja» es un paliativo para sobrellevar
una vida solitaria y con el tiempo, el alivio que genera el acompañamiento
va convirtiéndose en apego: necesito tu presencia, no
Recuerdo la
declaración de amor que un hombre le hizo a una mujer en mi presencia: «Tú
llenas un vacío». ¿Amor estomacal? ¿Amor compensatorio? Un amor que «llena
un vacío» es un amor sospechoso, demasiado funcional para mi gusto. También he
oído decir a veces: «Tú me completas», como si el otro fuera una prótesis.
En el caso que estoy comentando, el «vacío» del que hablaba el supuesto
enamorado no era otra cosa que la soledad en la que se hallaba inmerso. El
mensaje subyacente podría haberse expresado en otros términos: «En mi vida hay
mucho lugar disponible, demasiado espacio para una sola persona, ¡por
favor, ocúpalo!».
El conflicto que genera
la intolerancia a la soledad es complejo. La dinámica oculta es más o
menos como sigue: «Cuando estoy sin ti, la desolación me agobia y
te necesito, pero cuando ya estás en mi hábitat, comienzo a añorar mi
soledad». ¡Inmanejable!
La hipersensibilidad a la soledad produce mucho
malestar y hacemos cualquier cosa para evitarla. Algunos, hasta se casan.
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