Desde
la Antigüedad, las flores han sido una noble vía para dar a conocer y
transmitir sentimientos. El lenguaje de las flores tiene sus orígenes en
Oriente y se ha transmitido de generación en generación y de cultura en
cultura, pasando por el Antiguo Egipto, la Edad Media, el Renacimiento, hasta
llegar al Romanticismo, época de su máximo apogeo. Se cree que el lenguaje de
las flores comenzó en Constantinopla en el año 1600 y se introdujo en la
cultura occidental en el año 1716.
Todas las flores cuentan con un lenguaje propio, y con cada una de ellas se puede transmitir un mensaje diferente: amistad, respeto, admiración, etc. Cada flor tiene un significado, que va relacionado con su forma, color y nombre.
Historia
El lenguaje de las flores, a veces llamada floriografía, fue un medio de comunicación en la época victoriana, en donde variadas flores y arreglos florales se usaban para enviar mensajes codificados, sirviendo así para expresar unos sentimientos que, de otro modo, nunca se podría exteriorizar.
Un diccionario de vivos colores
Mientras que muchas flores son valoradas por su belleza, hay características generales que las separan del resto del reino vegetal. Las flores proporcionan belleza natural en el jardín, invernadero o en interiores. Las flores son una hermosa adición a cualquier entorno y hay muchos colores para elegir.
El lenguaje de las flores
Cada
flor tiene un significado propio y expresa un sentimiento diferente. Así, por
ejemplo, la acacia significa elegancia, el alelí encarnado belleza duradera, o
la flor de cuclillo, ingenio.
Otras flores tienen
asociado un sentimiento relacionado con el amor: la acacia amarilla significa
amor secreto; regalar un ramo de adelfa, representa la seducción; el alelí
amarillo, fidelidad en la adversidad; y un tulipán rojo significa una
declaración de amor.
La rosa roja es
sinónimo de amor, la amarilla de amistad, la blanca de miedo. La margarita
blanca simboliza inocencia y pureza, por lo que está relacionada con la niñez;
la gardenia significa alegría; la flor de azahar, castidad; el tulipán, amor
desesperado si es de color amarillo y una sutil declaración de amor si es rojo;
el clavel significa distinción y nobleza, y el lirio, inocencia, pureza y
alegría.
Pero no todas las
flores tienen asociado un sentimiento positivo. Muchas de ellas representan
odio, o rencor, o incluso el deseo de muerte. Éste es el caso del acónito, que
significa que deseas mi muerte. La anémona significa abandono, y el crisantemo
amarillo amor desdeñado.
alheli
amaranto
amarilis
anemona
anthurium
aster
azhar
azucena
begonia
calas
campanula
claveldoble
clavelinas
clavelrojo
dalia
enredadera
farolito
flordeciruelo
gardenia
gerberas
girasol
hortencia
irisazul
irisblanco
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