Qué esperas esta
Navidad? ¿Estás esperando el nacimiento de Jesús en tu corazón? A Jesús se le
ha definido como el amor y la alegría. Por eso en la Navidad Cristo está
cerca, no le cierres tu corazón.
¿En
esta espera de la Navidad cuál va a ser tu alegría? ¿Será una alegría de fiestas,
regalos o brindar por el año nuevo? o prefieres una alegría que nunca se acabe
y le dé paz y confort a tu alma. Esa es la alegría del espíritu, ¡es el
tener paz con Dios!
En
estas fechas hay que estar receptivo, pues Dios necesita de tu persona para
manifestarse en dar su amor. ¿Hoy estás en espera del amor de Cristo o estás
conectado al dios-dinero y al dios-placer? Dios lucha por tu felicidad, pero tú
luchas por ser infeliz. Hay que entender que la presencia de Dios en nuestra
alma genera felicidad, paz y calma. Es lo único que puede romper la soledad y
darnos la gracia espiritual que tanto le hace falta a nuestra alma. No hay que
olvidar que la gracia de Dios no es algo, es alguien. Alguien que nos escucha,
que nos comprende; alguien que nos ama y desea nuestra felicidad en plenitud.
Cuando
recibes a Cristo en la ostia, Dios cumple su cometido: llegar a tu corazón. El
único fin de Jesús es que seas feliz en la tierra, para luego tener la dicha
eterna en el cielo. ¿Esta Navidad estás en espera de Jesús?
Qué
bella será la noche del 24 de diciembre si permites a Jesús-Niño nacer en tu
corazón. Él te traerá todo género de dicha y felicidad. Su nacimiento
desterrará la tristeza y la melancolía de tu alma, llenará ese vacío emocional
que hoy padeces y se ha manifestado con insomnio, crisis de valores, depresión
y enfermedad. Esta Navidad, Dios quiere darle nueva vida a tu espíritu con su
pan, su palabra y su perdón. Pero... ¿estás dispuesto a recibirlo en tu
corazón?
Aceptamos
a Dios cuando perdonamos y crecemos como seres humanos. Errar es humano y
perdonar es divino. Cuando manifestamos el amor de Cristo a nuestros
semejantes, conjugamos la frase del poeta: “Amar es el arte de hacer feliz a la
persona amada”. Es, ser depositario del amor de Cristo, y generador de su amor,
pues la alegría del corazón con Cristo constituye la vida del hombre y el
contento le prolonga el hálito de la vida. (Biblia, Si-30).
La
pregunta sigue vigente: ¿Qué esperas esta Navidad? La compañía de Dios es la
salud del alma. No te metas en tu cuerpo licor, drogas y dinero; alimenta tu
espíritu y enriquece tu alma de lo infinito, de lo que no se acaba; toma a
Dios, es alimento a tu alma, es salud y vida. En esta Navidad tú tienes la
oportunidad de elegir entre salud o enfermedad, amor o egoísmo, vida o muerte,
Dios o el pecado.
Escuchemos
al Profeta que dice: “Alegraos, pueblo de México, que viene el Señor a traerles
un bálsamo a sus penas y una esperanza a sus aspiraciones. ¡Aleluya!.
Son de la página, sipse.com.
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