¿Qué es perdonar? Es apagar el fuego del rencor, extinguir esos
penetrantes deseos de destrucción y venganza, arrancar la raíz del
resentimiento.
Es encontrar paz a pesar del daño recibido, a pesar de la ofensa… a
pesar del dolor. Por desgracia hay que permitir que esos negros
pensamientos y sentimientos se manifiesten y penetren el alma y la
mente, pues de otro modo se estaría negando o bloqueando la ofensa y el
dolor, reprimiendo reacciones naturales, propias y hasta necesarias para
llegar al oasis del perdón.
Es “casi” inevitable atravesar esta tortura para permitir; primero la idea del perdón, luego la sensación del perdón y finalmente la aceptación del perdón; tampoco podemos soslayar que este proceso toma su tiempo, y ese tiempo dependerá de la capacidad espiritual y del saludable instinto de conservación de cada individuo, y por supuesto del tamaño de la ofensa, ya que no es lo mismo perdonar a quien te ofende con un delito menor, que a aquel que lesiona tu fuero interno, devasta tu alma y deja huellas indelebles por la falta cometida.
Perdonar tampoco significa crear amnesia o borrar de tu mente la agresión o el daño sufrido pues si así fuera, correrías gran riesgo, ya que estarías constantemente expuesto a ser ofendido o dañado.
Definitivamente es bueno perdonar, es sano y liberador; es un bien que me hago a mí mismo, pues implica dejar de sufrir, ya que sueltas la carga del resentimiento que se puede convertir en la lápida que tarde o temprano terminará aplastándote, pues el odio destruye.
Tendrás que darle a tu corazón y a tu mente razones válidas para dejar fluir el perdón, sin arrogancia, sin magnanimidad. Perdonar es darme la libertad de volver a amar, de volver a creer o a confiar, de volver a sentir que vale la pena el riesgo de vivir; es descansar del peso del rencor. Eso querido lector es parte de lo que significa perdonar. Definitivamente creo que decidir perdonar es decidir seguir viviendo con salud.
Es “casi” inevitable atravesar esta tortura para permitir; primero la idea del perdón, luego la sensación del perdón y finalmente la aceptación del perdón; tampoco podemos soslayar que este proceso toma su tiempo, y ese tiempo dependerá de la capacidad espiritual y del saludable instinto de conservación de cada individuo, y por supuesto del tamaño de la ofensa, ya que no es lo mismo perdonar a quien te ofende con un delito menor, que a aquel que lesiona tu fuero interno, devasta tu alma y deja huellas indelebles por la falta cometida.
Perdonar tampoco significa crear amnesia o borrar de tu mente la agresión o el daño sufrido pues si así fuera, correrías gran riesgo, ya que estarías constantemente expuesto a ser ofendido o dañado.
Definitivamente es bueno perdonar, es sano y liberador; es un bien que me hago a mí mismo, pues implica dejar de sufrir, ya que sueltas la carga del resentimiento que se puede convertir en la lápida que tarde o temprano terminará aplastándote, pues el odio destruye.
Tendrás que darle a tu corazón y a tu mente razones válidas para dejar fluir el perdón, sin arrogancia, sin magnanimidad. Perdonar es darme la libertad de volver a amar, de volver a creer o a confiar, de volver a sentir que vale la pena el riesgo de vivir; es descansar del peso del rencor. Eso querido lector es parte de lo que significa perdonar. Definitivamente creo que decidir perdonar es decidir seguir viviendo con salud.
Desde ZONA LUZ CITY.
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