viernes, 16 de octubre de 2015

APRENDE A DECIR “NO” A TUS HIJOS.




Muchos de nuestros hermanos sido testigos de los berrinches de algún niño en sitios públicos para conseguir algo,  o son nuestros propios hijos los que hacen las rabietas.
Una de las causas más importantes de los berrinches es la falta de valor para controlar y educar a los niños, nos da miedo decirles que no; nos aterra pensar lo que la gente vaya a decir, y no soportamos verlos llorar.
Últimamente ha cobrado gran popularidad el trastorno de déficit de atención, y a todos los niños mal portados les portados les quieren imponer esa etiqueta, pero si los padres saben imponerse, con solo una mirada o llamada de atención obedecen.
¿Por qué algunos padres si controlan a sus hijos inquietos, son respetados y adorados, mientras que otros parecen hablarles hasta con temor cuando los están “corrigiendo”?.
A muchos de nosotros nos educaron con educación con restricciones y nalgadas, pero con las tendencias de los derechos humanos, la libertad de expresión y “el no traumar a los niños” perdimos el rumbo y la dirección sobre la educación de los hijos.
No es que apoyemos el maltrato infantil físico, psicológico o emocional, solo es percatarnos de la pérdida de valores, de la pérdida del valor de educar con amor pero con firmeza.
adie nos enseñan cómo ser padres, aprendemos sobre la marcha, haciendo uso del sentido común, del amor y de la razón. A nadie le gusta ver a sus hijos llorar ni sufrir,  y nadie quiere equivocarse con la crianza de su hijo.
Pero ¿Cómo lograr el equilibrio para ser buenos guías, orientándolos con amor pero sin perder la perspectiva de que quien los educa somas nosotros?, ¿cómo reaccionar sin caer en el circulo vicioso de “madre frustrada y castigadora, niño castigadora y mayor rebeldía”?
Existen varios aspecto que tener en mente sobre el comportamiento de los niños. Es muy importante aprender a decirle “NO”, sin después sentir culpa.
Ser firme, educar con disciplina y paciencia; poner límites y ser constante; predicar con el ejemplo, ajustarse a la edad del niño poniéndose en sus zapatos.
De la Revista ZONA LUZ CITY.   

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