Empecé a jugar desde niño. Al principio
era la lotería, juegos de cartas, etc. Jamás pensé que jugar podrías ser algo
malo. Después, mi afición se concentró en las videojuegos. Sentía que tenías
que avanzar en los niveles y cada vez le dedique más tiempo. Era como un reto
para mí. Mis padres empezaron a preocuparse de verme tantas horas frente a mmi
computadora. Ya casi no quería salir con amigos ni ir a fiestas. Me volví
antisocial y solitario. Luego, descuide la escuela. Perdí peso y me veía desaliñado.
Un día, buscando en internet juegos nuevos, apareció propaganda de los casinos
en línea. Hice algunas apuestas y gane buen dinero. Eso fue el inicio de mi
enfermedad. Cada vez fui apostando más. Un tiempo después, desesperado por seguir
apostando, empecé a robar dinero de mi madre. Mi hermana es muy ahorrativa pero
guardaba su dinero en casa y también a ella le robe. Culparon a la muchacha de
servicio y la corrieron. Yo me sentía un persona miserable, Después entre a trabajar, pero desgraciadamente robe en mi trabajo también.
Me descubrieron y tuve que ir a la cárcel. Fue poco tiempo, ya que mis padres
vendieron algunas cosas para sacarme de ahí. Quería moririrme y comencé a
planear mi suicidio. Gracias a Dios, una tía me suplico que la compañera a una
de sus sesiones de Jugadores Anónimos. Ella jugaba también en los casinos de la
ciudad. Hace más de un año que ella asiste regularmente al grupo “Volver a
vivir”. Yo sentía que eso no iba a servirme para nada. Sin embargo cumplir mi
promesa de permanecer al menos 90 días. Ya cumplí 5 meses y me siento feliz.
Mis compañeros me tratan muy bien. Verdaderamente la única salvación para los
enfermos ludópatas es el programa de jugadores Anónimos. Si tienes problemas con tu forma de jugar, llama al 995-75-66-04. Mail: jugadoresanonimosmeridayucatan
Hotmail.com.
Vista desde la revista, ZONA LUZ CITY 
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