El terremoto de México de 1985 fue un sismo
ocurrido a las 07:17:47 hora local (UTC-6), del jueves 19 de
septiembre de 1985, que alcanzó una magnitud de 8.1 (MW).
El epicentro se localizó en el Océano Pacífico mexicano, cercano a la
desembocadura del río Balsas en la costa del estado de Michoacán,
y a 15 kilómetros de profundidad bajo la corteza terrestre.
El sismo afectó en la zona centro, sur y
occidente de México,
en particular el Distrito Federal,
en donde se percibió a las 07:19 hora local. Ha sido el más significativo y
mortífero de la historia escrita de dicho país y su capital, y superó en
intensidad y daños al registrado en 1957, que hasta entonces
había sido el más notable en la ciudad. La réplica acontecida un día después, la
noche del 20 de septiembre de 1985, también tuvo gran
repercusión para la capital al colapsar estructuras reblandecidas un día antes.
Ante la carencia generalizada en el país de una cultura
de la protección civil, de protocolos de acción y de
recursos de toda índole ante las grandes catástrofes5 y una generalizada inacción y
minimización de las consecuencias por parte del gobierno encabezado a nivel
federal por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, el estado
vivido en las 48 horas siguientes al sismo fue de un caos generalizado, que fue
paliado por la organización de la sociedad capitalina al auto organizarse en el
rescate y asistencia de las víctimas y damnificados.
El número preciso de muertos, heridos y daños
materiales nunca se conoció y sólo existen estimaciones que van desde los 3 192
(cifra oficial) hasta las 20 000; y los daños fueron calculados en 8 mil
millones de dólares, 250 000 personas sin casa y 900 000 que tuvieron que
abandonar sus hogares. Las tareas de rescate se prolongaron hasta el mes de
octubre, y la de remoción de escombros hasta diez años después. En 2015 aún
existían campamentos derivados de los sismos.
Las consecuencias directas e indirectas del
terremoto fueron de diversa índole, pero abarcaron un sinnúmero de aspectos
tanto de la Ciudad de México como del propio país. Tanto las derivadas del
propio movimiento telúrico que abarcaron los meses posteriores dado el alto
número de víctimas y heridos, la remoción de escombros y los esfuerzos de toda
índole por lograr la denominada así entonces vuelta a la normalidad ;
hasta las indirectas que resultaron en un cambio del entorno urbano de diversas
zonas de la ciudad dada la creación de nuevos inmuebles que reemplazaron a
otros y ampliaron los existentes; la creación de nuevos espacios públicos como
parques, plazas y complejos de edificios en los espacios en los que existieron
edificios; una mayor participación política de la ciudadanía y el nacimiento de
grupos políticos y organizaciones no gubernamentales, el cambio político que
llevaría a la democratización de la capital en 1993 con la creación de la
Asamblea de Representantes
del Distrito Federal y la posibilidad de elegir a sus gobernantes en
1997; la modificación a diversas legislaturas de construcción
a nivel nacional ajustadas a la realidad sísmica del país y el nacimiento de
nuevas tendientes a la cultura de prevención y protección civil y de respuesta
ante las grandes emergencias; así como el desarrollo de la investigación en la
prevención y estudio de la naturaleza sísmica mexicana.
Es tomado de Wikipedia
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